Las bolsas que se pueden biodegradar y compostar en vertederos se descomponen mucho más lentamente que los procesos en los hogares o las instalaciones de compostaje, y se descomponen en ausencia de oxígeno, produciendo metano, un gas de efecto invernadero mucho más peligroso que el dióxido de carbono. Estas bolsas no se degradan en absoluto en ambientes marinos.

Como consumidores, es algo reconfortante saber que las bolsas de plástico son biodegradables. Sin embargo, es imposible estar seguro de que las bolsas biodegradables sean verdaderamente respetuosas con el medio ambiente. Afortunadamente, se están realizando estrictas normas e inspecciones sobre los tipos de plásticos. Además, existen programas de certificación independientes que prueban las afirmaciones en este sentido.

Los programas de certificación ambientalmente compatibles requieren la separación, el compostaje y el reciclaje de desechos compostables, reciclables y generales tanto como sea posible.

Si se siguen estos programas, se envían menos residuos a los vertederos. Es mejor elegir bolsas biodegradables certificadas o compostables certificadas en lugar de bolsas de plástico tradicionales o etiquetadas como degradables cuando sea necesario. Sin embargo, en este caso se obtiene el beneficio esperado de los programas compostables y se colabora con el medio ambiente.

Por ejemplo, cada año se utilizan alrededor de 5 mil millones de bolsas de plástico de un solo uso en Australia. Estas bolsas requieren una cantidad significativa de recursos no renovables, incluidos millones de barriles de petróleo. Sin embargo, cada uno de ellos se usa solo durante 12 minutos en promedio. Estas bolsas no se deteriorarán en la naturaleza, sino que seguirán existiendo al romperse en pedazos muy pequeños.

Nuestra organización también proporciona certificación de compost y servicios de etiquetado de compost C-Label (etiquetado de compost) a empresas exigentes.